Pablo Gonzalez

Brasil: No fueron atracados y además estaban borrachos

Los nadadores estadounidenses Jack Conger y Gunnar Bentz son escoltados a una estación de policía en Rio de JaneiroUeslei MarcelinoReuters

¿Algún medio español te ha contado la otra versión del "atraco a mano armada" sufrido por un grupo de nadadores olímpicos de EE.UU?

 El único matiz que hemos visto es que el nadador Lochte "cambia la versión y dice que no les apuntaron a la cabeza".

La Policía brasileña ha asegurado que el nadador olímpico estadounidense Ryan Lochte y sus tres compañeros, que afirmaron que habían sufrido un robo en Río de Janeiro, en realidad habían destruido el baño de una estación de servicio y, cuando se negaron a pagar los daños, un guardia de seguridad del establecimiento les amenazó con su pistola, revela 'Daily Mail'.

Este 15 de agosto, Lochte y sus compañeros Jimmy Feigen, Gunnar Bentz y Jack Conger denunciaron que habían sufrido un asalto a mano armada cuando regresaban de una fiesta la noche anterior.

Sin embargo, fuentes cercanas a la investigación han indicado que, ante la insistencia del agente de seguridad, los deportistas pagaron los daños que causaron en el local.

La fuente del diario británico ha asegurado: 

"Se detuvieron en una estación de servicio. 

Todos los nadadores [involucrados en el incidente] estaban ebrios. 

Se fueron al baño y lo destrozaron. 

Posteriormente, el guardia de seguridad discutió con ellos y les exigió que pagaran los daños.

 Los deportistas se negaron y, cuando se iban a ir del lugar, el agente les apuntó con su arma, tras lo cual le dieron algo de dinero. 

Entonces, les dejó marchar".

Según la versión del asalto dado por Lochte, múltiple medallista olímpico, los supuestos delincuentes se habían llevado el dinero y todas sus pertenencias de valor.

De acuerdo con la versión de los propietarios de la gasolinera, los deportistas "no entraron al baño. 

Comenzaron a orinar en el jardín y en la pared lateral del local".

 Algunos testigos señalaron que luego del altercado el conductor se negó a irse con ellos y la Policía fue avisada para resolver el asunto.

 Sin embargo, cuando las autoridades llegaron los estadounidenses ya se habían retirado tras haberles pagado al taxista y a los dueños del establecimiento por los daños.

RT

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